Volker Turk, ONU, advierte sobre el crecimiento global del discurso de odio y pide moderación y legalidad. |
4 Nov. (EUROPA PRESS) -El 4 de noviembre, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha manifestado su inquietud ante el creciente fenómeno del discurso de odio y la discriminación en el mundo. Con especial énfasis, Turk ha señalado el incremento de actitudes antisemitas y islamofóbicas, relacionándolo con la reciente escalada de tensiones en Oriente Próximo, especialmente entre Israel y Hamás.
Desde la sede de la ONU, Turk ha comentado que la crisis actual ha tenido un impacto preocupante tanto a nivel regional como global, donde se ha observado una tendencia alarmante a deshumanizar a los grupos en conflicto. La situación ha generado temores sobre un posible incremento en la división social y la polarización. Por ello, Turk ha hecho un llamado a la moderación y a combatir cualquier forma de discriminación, incluso en las plataformas digitales.
El Alto Comisionado ha remarcado la inseguridad creciente entre las comunidades judías y musulmanas, un hecho que ha descrito como profundamente lamentable. Ha resaltado la importancia de prestar atención a las acciones en las calles y las declaraciones de los líderes políticos, cuya influencia es significativa y puede tener repercusiones serias.
Recordando los principios del Derecho Internacional, Turk ha subrayado que este prohíbe cualquier apología del odio basada en nacionalidad, raza o religión que incite a la discriminación, la hostilidad o la violencia.
En cuanto a la libertad de expresión y el derecho de reunión, el Alto Comisionado ha instado a los estados a respetar estos derechos fundamentales, aunque ha reconocido que en algunos países se han impuesto restricciones, muchas veces justificadas por seguridad nacional o para limitar ciertos discursos. Sin embargo, advierte que tales restricciones no deben ser desproporcionadas, especialmente en lo que respecta a las manifestaciones pro palestinas.
Turk concluye enfatizando que las medidas gubernamentales deben ser proporcionadas y deben asegurar un espacio seguro para la participación pública y el debate. En momentos de alta tensión y emociones exacerbadas, reafirma que la ley es la guía esencial para la protección de los Derechos Humanos.