Alerta en Uruguay ante potencial oligopolio en la industria frigorífica

Alerta en Uruguay ante potencial oligopolio en la industria frigorífica
La posible concentración en la industria cárnica uruguaya genera inquietud entre legisladores y el sector agropecuario. Foto por Joaquín Torres, Salto Al Día


En una maniobra que podría alterar profundamente el tablero de la industria cárnica en Uruguay, la compañía Minerva Foods está en trámites para adquirir tres frigoríficos propiedad de Marfrig. Este movimiento ha encendido las alarmas en distintos sectores del país, incluyendo voces parlamentarias y agrupaciones rurales, que advierten sobre los riesgos de un creciente oligopolio en el sector.

El senador Guillermo Domenech de Cabildo Abierto ha sido uno de los principales detractores de esta adquisición, aludiendo a la importancia estratégica de la carne como "el buque insignia del Uruguay". La preocupación central radica en la posibilidad de que una porción significativa de la industria cárnica, vital para la economía uruguaya, quede en manos de una sola empresa extranjera.

El proceso de adquisición, pendiente de aprobación por la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, podría resultar en que Minerva Foods controle cerca del 45% de la industria frigorífica del país. Tal concentración de poder no solo es vista como una amenaza para la libre competencia sino también para la soberanía económica del Uruguay en su principal rubro exportador.

El potencial impacto de esta operación no se limita al plano empresarial; tiene implicancias laborales y gubernamentales significativas. Según Domenech, la aparición de un empleador dominante en el mercado podría llevar a una gestión unilateral de las condiciones de faena y laborales. Además, existe la preocupación de que las políticas de empleo, como los seguros de paro, puedan ser manipuladas en detrimento del erario público.

La Federación Rural de Uruguay no se ha quedado al margen de este debate y ha presentado propuestas alternativas. Una de ellas es la exportación a pie menos restringida, sugiriendo que la operación podría tener efectos negativos para los productores locales. El sector agropecuario busca así frenar la transacción y exige al gobierno que presente alternativas viables para los productores, en caso de que la adquisición se materialice.

Este escenario pone en evidencia el dilema en el que se encuentra Uruguay: cómo equilibrar la necesidad de inversión extranjera y crecimiento económico con la protección de sus sectores productivos nacionales y el mantenimiento de una competencia justa y equitativa. El futuro de su industria frigorífica, un pilar fundamental de su economía, pende de la balanza de decisiones tanto corporativas como gubernamentales.


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Salto, Uruguay